Nuestros ‘locos cacharros’, un paseo por los vehículos más extravagantes, desconocidos y útiles de Metro | Metro de Madrid

2023-02-28 14:36:00 By : Mr. Zhaozhong Guo

1965 fue el año del estreno de la ‘La carrera del siglo’, una película de Blake Edwards con las actuaciones de Jack Lemmon, Tony Curtis, Natalie Wood y Peter Falk, cuyo argumento principal es la celebración de una loca carrera internacional protagonizada por los automóviles más estrafalarios y raros de la época. La película fue un éxito y tuvo una secuela en forma de dibujos animados llamada los ‘Los autos locos’, donde los coches más extravagantes alcanzaban una exaltación extrema. Pues bien, si este mismo argumento tuviera una réplica en el mundo ferroviario, Metro de Madrid lograría sin duda un lugar destacado en el reparto gracias a una familia de trenes y otros ‘locos cacharros’ muy singulares y difíciles de conocer.

Se trata de la ‘familia’ de los vehículos auxiliares de Metro, empleados en la conservación y reparación de nuestra red para que los trenes puedan circular en todo momento con la mayor fiabilidad, día a día, los 365 días del año. Su trabajo se realiza principalmente de madrugada, cuando Metro cierra sus puertas a los viajeros, entre las 02:00 y las 06:00 horas, por lo que son complicados de observar para el gran público.

Estos vehículos son únicos, están muy especializados y son capaces de realizar una multitud de tareas que van desde el tratamiento de los carriles ferroviarios (los raíles sobre los que se desplazan los trenes), la inspección y diagnóstico de la red, la catenaria y la vía, el bateo del balasto (la capa de grava extendida para asentar las traviesas del ferrocarril), la carga de bobinas, carriles y otros materiales, la intervención en las incidencias de los trenes, la limpieza de arquetas y canales de drenaje, como remolcadores, y para trabajos en altura, con torres que se elevan y con grúas, entre otros.

Esta flota especial se compone actualmente de 80 vehículos auxiliares encuadrados en 10 especialidades que, a su vez, se agrupan en tres grandes tipos: los de tracción diésel, los remolcados y los de tracción eléctrica. Son los siguientes:

Las dresinas forman el grupo más números de trenes auxiliares con hasta 8 tipos de especialidades. Vamos a dedicarles un poco de espacio para conocerlas mejor.

Dresinas torre. Se llaman así por contar con una torre cuya misión principal son los trabajos en altura, además de incorporar elementos como focos de alumbrado, tomas de aire, enchufes eléctricos y un pupitre de mando para maniobrar el tren desde ese puesto elevado. Estas dresinas están destinadas principalmente al mantenimiento de la línea aérea, la catenaria, desde la que los trenes se alimentan de electricidad.

Dresinas con grúa y plataforma de carga. Son vehículos dotados de una plataforma de carga, que varía en dimensiones dependiendo de la serie del fabricante, y una grúa para facilitar las operaciones de carga y descarga de todo tipo de materiales embarcados. Están destinados principalmente al mantenimiento de vía.

Dresinas con plataforma de carga sin grúa. Son vehículos con superficie variable de carga que sirven también para el remolque de vagones. Las hay con una sola cabina y con cabinas contrapuestas, para circular y operar en ambos sentidos. Dentro de este grupo había una dresina que tenía incorporada una cuba de hormigonado, que en la actualidad ha sido sustituida por otra plataforma para carga.

Dresinas almacén. Especializadas en transporte y almacenaje de diverso material y herramientas. En sus costados tienen una plataforma abatible de elevación para facilitar la carga y descarga a nivel de andén y de vía. Tienen una capacidad de carga de 1.500 kg.

Las dresinas de arquetas. Vehículos diseñados para la extracción de lodos para desatranco de arquetas y canaletas en nuestra red. Llevan incorporado un equipo cisterna dedicado al transporte de líquidos y sólidos procedentes de la limpieza de pozos y alcantarillas y cuentan una bomba de alta presión para la limpieza hidrodinámica de las canalizaciones.

Dresinas de soldaduras de carriles. Su diseño obedece a la necesidad de dar asistencia y traslado de todo tipo de material y herramientas para el mantenimiento de la vía. El diseño de estos vehículos varía. Dos de ellos forman un tándem de acoplamiento en el que el primero tiene una amplia zona de carga para trasportar carriles y el segundo sirve para el trasporte de herramientas y personal exclusivamente. El otro vehículo se dedica al transporte de material ligero y herramientas.

Dresinas de intervención. Vehículos diseñados y dotados de todo tipo de materiales y herramientas para dar asistencia a los trenes dentro de la red de Metro. En concreto, las dresinas señaladas forman en su traslado un tándem de acoplamiento, en el que una de ellas dispone de una amplia zona de carga e incorpora una grúa para facilitar el movimiento de materiales, mientras que la segunda tiene una zona de almacenaje para los equipos y herramientas necesarias.

Salimos del mundo de las dresinas para visitar otros vehículos auxiliares con funciones realmente interesantes y especializadas. ¡Vamos a ello!

Bateadoras. Son vehículos especializados en el tratamiento de la plataforma de vía, en concreto del balasto, que es la capa de grava o pequeñas piedras extendidas para asentar y sujetar las traviesas del ferrocarril. Cuentan con un grupo de bateo que estabiliza, nivela y acondiciona la plataforma de vía cuando está conformada por balasto.

Biviales. Vehículos que por su diseño pueden circular tanto en zonas de carretera, con ruedas de camión, como por tramos ferroviarios, al contar con unos ejes con ruedines ferroviarios de accionamiento hidráulico. Una parte está concebida inicialmente para el transporte del material y herramientas necesarias en cualquier tipo de intervención. Otro de estos vehículos se ha diseñado principalmente para trabajos en la línea aérea (catenaria). También pueden utilizarse para trabajos relacionados con las instalaciones de señalización, túneles y otros espacios de difícil acceso.

Tren amolador. Vehículo especialista en el mantenimiento de los carriles que se puso en servicio en 2008. Se trata de un tren articulado de cinco módulos en el que el coche A es el propulsor. El coche B es el vehículo de medición mediante un equipo láser y los tres coches restantes, C1, C2 y C3, poseen los carros de amolado con los que se reparan los defectos de la superficie del carril. Cuentan con varios tipos de muelas rotativas para el tratamiento específico de la geometría del carril. Este tren está preparado para circular por líneas de metro pesado, metro ligero y tranvía. Entre 2017 y 2018 se realizaron varias modificaciones para mejorarlo.

Amoladora. Otro vehículo especial diseñado para el tratamiento mecánico del carril. Incorpora un grupo de amolado compuesto por 16 muelas y su propio sistema propulsor.

Portacarriles. Vehículos fabricados y diseñados para el transporte de carriles.

Vagones tolva. Diseñado específicamente para el transporte de áridos: arena, grava y gravilla que se emplean comúnmente en las obras y reparaciones en los túneles.

Vagones góndola con grúa y sin grúa. Debido a la distancia entre bogies (que son los sistemas que engloban todos los elementos de la suspensión, frenos y rodaje de un tren), estos vagones están especializados en la carga de cupones de vía y otro tipo de materiales.

Vagones de bordes abatibles con grúa y sin grúa. Son vagones en los que, en algunos casos, los laterales de la zona de carga se pueden abatir hidráulicamente. En otros vehículos esta operación se hace manualmente.

Vagones portabobinas (carros portabobinas). Son vehículos diseñados para el transporte de bobinas para la instalación del hilo de la catenaria. Se utilizan exclusivamente para trabajos de línea aérea.

Esmeriladoras. La especialidad de esta máquina es la eliminación de grasa en el carril y el tratamiento superficial del mismo. Carece de propulsión autónoma y se traslada al punto de trabajo mediante el remolcado por otros vehículos.

Vehículos especiales (tren auscultador). Metro de Madrid procedió a la transformación de la unidad R-2025/M-2026 en Vehículo Auscultador de Instalaciones (VAI), siendo renumerada como AR-101/AM-102. Esta unidad está destinada a controlar el estado de la vía y la línea aérea en toda la red de Metro, a cuyo efecto fue dotada de un segundo pantógrafo para las líneas de gálibo ancho. Cuenta con avanzados sistemas de auscultación para hacer todo tipo de medidas. Dichos sistemas se basan en tecnología óptica, grupo láser, cámara termográfica infrarroja, vídeos, analizadores de ruido, acelerómetros y otros equipos registradores.

Clásicos. Son antiguos coches de viajeros, en su mayoría de la serie 500, adaptados como vehículos auxiliares. Esta adaptación ha sido diferente según la asignación de cada vehículo. Todos son trenes motores, con dos pantógrafos, para gálibo ancho y gálibo estrecho, por lo que pueden circular por toda la red a 600 voltios continuos. Estos trenes se construyeron entre 1924 y 1964 y se transformaron en vehículos auxiliares entre 1980 y 1994. Cuatro de ellos se destinaron a tareas de remolque de trenes y otros dos para intervención.

Auto tractor para intervención en incidencias

Clásico remolcador bitensión

La mayoría de los vehículos que acabamos de conocer han sido construidos por empresas externas atendiendo a los requerimientos de Metro, pero tenemos una parte, dresinas en su mayoría, que se construyó parcialmente por la propia compañía, entre los años 2009 y 2011, en un intento por ganar experiencia y abaratar costes.

Sobre todo se trató de plataformas con grúa, vehículos de medio ambiente y de soldadura. En aquellos años, Metro llegó a un acuerdo con varios fabricantes para que nuestros trabajadores “realizaran el 22% de la carga de trabajo, con el objetivo de que los especialistas de Metro adquirieran experiencia. Se formaron equipos mixtos de trabajadores de los fabricantes y Metro y se llevó a cabo”, tal y como explica Francisco García Rodríguez, responsable de la Macrosección de Dresinas.

“El fabricante creaba la estructura del vagón y el motor y luego Metro se hacía cargo de todo el cableado eléctrico, de la creación y montaje de los pupitres de mando, y de las cajas de conexiones y equipos, entre otros elementos”. “Todo se montaba en nuestros talleres y aquí también hicimos las pruebas de puesta a punto. Fue una experiencia positiva por el conocimiento que obtuvimos”.

Los vehículos auxiliares responden a diseños únicos ajustados a las necesidades de sus grandes clientes, que son los servicios de mantenimiento de plataforma de vía, mantenimiento de línea aérea y obras. Según García Rodríguez, “finalmente, el diseño de estas máquinas es el resultado de una decisión conjunta entre el usuario, que es quien va a trabajar con ellas, y la parte de Ingeniería, que es la encargada de hacer las especificaciones. Básicamente el diseño de la máquina -­continúa- depende de las necesidades de sus operadores, y por ello cada vehículo es tan diferente, tan artesano y tan específico”.

La mayor parte de estos vehículos son operados por los servicios de Vía y Línea Aérea de Metro. María Teresa de los Ángeles de Miguel, gestora experta de Mantenimiento, subraya que hay muchas variables a tener en cuenta en su diseño, “como el gálibo o el trazado de la propia red, que condiciona el acceso de algunos vehículos, por poner solo unos ejemplos. Hay que tener en cuenta todos los requisitos y todas las condiciones de nuestra red para dar forma final al diseño y decidir cuál será su utilidad y qué necesidades tiene que cubrir”.

El endurecimiento de las medidas contra la emisión de gases afecta también a los vehículos auxiliares de Metro y a su futuro, que cada vez está más dirigido a la electrificación completa de sus sistemas de propulsión. Metro está estudiando las alternativas tecnológicas para que sus vehículos auxiliares puedan seguir funcionando en los próximos años. En estos momentos pasa un poco como con el sector del automóvil, cuyos clientes actuales ya sopesan seriamente la compra de coches eléctricos o híbridos.

Pero a diferencia de los automóviles, donde ya existe mucho desarrollo tecnológico, “en el sector ferroviario todavía estamos en procesos piloto y de prototipos, y a los fabricantes de este tipo de vehículos aún les cuesta asimilar el cambio, más si cabe en los desarrollos a medida, como es nuestro caso”, nos comenta María Teresa de los Ángeles. “Estamos ante un reto importante que tenemos que afrontar, paso a paso, porque todo lo que son tecnologías nuevas nos hace ir con pies de plomo… pero hay que ir avanzado. La normativa lo establece cada vez con más exigencia”.

El futuro de los vehículos auxiliares entra en un nuevo capítulo, con sus luces y sus sombras, aunque no hay duda de que los seguiremos viendo y estudiando, puesto que sin ellos no se entiende el mantenimiento de una infraestructura como la de Metro de Madrid. De su pasado no hemos hablado en este Locos, pero os podemos asegurar que supone otro auténtico mundo lleno de interesantes sorpresas, empezando por su origen… que ya hablaba de la pericia que los pioneros de Metro tuvieron que desarrollar en esos primeros tiempos. Pero esta ya es otra historia, otra historia que, por supuesto, os contaremos aquí, en Locos X el Metro.

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